La Etapa 7, Copiapó-Copiapó, la primera en el Desierto de Atacama, puso a prueba máxima a los camiones Iveco en este Dakar Argentina-Chile-Perú 2012, y no defraudaron. 

Esta vez, la jornada se dividió en dos secciones: una inicial, de 143 kilómetros, con pistas en medio de las colinas y cactus y la segunda de 276 km, subiendo montañas de arena, donde los participantes llegaron a superar los 1.600 metros de altura.

Salvo el español Pep Vila (Iveco Trakker Evolution II) y el francés Joseph Adua (Iveco Trakker Evolution I), los otros tres integrantes de la escuadra que representa oficialmente a Iveco y Fiat Power Train, no estuvieron exentos de sufrir pinchaduras. 

El holandés Gerard De Rooy (Iveco PowerStar Strator-Torpedo) perdía entre 10 y 12 minutos -a mitad del recorrido- obligado a cambiar la rueda delantera izquierda. Lo mismo sucedía con el italiano Miki Biasion (Iveco Trakker Evolution II). Ambos de liderar parcialmente la clasificación caían más allá del noveno lugar. 

Ante esta situación, era el campeón 2007 del Dakar, Hans Stacey (Iveco Trakker Evolution II) quien pasaba a comandar las acciones. Pero al desinflarse un neumático y más allá de la rapidez con la que su mecánico Bernard, hizo el cambio, también cedía tiempo y posiciones.

“Veníamos bien en la primera parte pero después del WP6 tuvimos problemas. Primero con una pinchadura que quise salvar con el sistema de reinflado. Pero manejamos con alta presión en las cubiertas y eso nos hizo quedar encajados en las dunas 5 o 6 veces. Tras la perdida de tiempo finalmente manejé detrás de otro camión, nos perdimos, y me costó otros 10 minutos”, narró Stacey, quien hasta ahora, no ha podido ganar etapa alguna de esta edición del Dakar. 

Más allá de estos contratiempos, fue en las dunas donde Gerard De Rooy protagonizó una escalada monumental que le valió para conquistar una nueva victoria de etapa.

“Hemos podido adelantarles a todos en las dunas... ¡Cómo lo hemos disfrutado!”, decía exultante el ganador. “He visto bastantes vehículos encajados, pero nosotros pudimos atravesar el terreno sin problemas. Todo el mundo me decía que la trompa del camión sería una desventaja para encontrar la huella en las dunas, pero no hemos tenido ninguna dificultad a ese nivel. Es evidente que ha sido más duro para los demás... Estoy encantado aunque llegué con otro neumático desinflado“, confesaba el líder de la carrera a su llegada al vivac.

Así como las montañas de arena fueron el terreno de recuperación de Gerard, también terminaron siendo las que “enterraron” las ilusiones de Biasion. Allí el italiano vivió su fase más crítica, incluso debiendo pasar la noche en el desierto.

Desde el equipo comentaron que tuvo problemas con el embrague lo que le impidió salir de las trampas de arena. El dos veces campeón del mundo de Rally tenía hasta las 18 hs (21 hs GMT) de este domingo, día de descanso, para poder arribar al campamento y no quedar excluido.

Mañana lunes la carrera continuará hacia el Norte uniendo Copiapó con Antofagasta. Serán 477 km de especial y 245 km de enlace. La etapa 8 será una de las más largas de la carrera con buena parte del terreno con caminos pedegrosos.